«¡Abandónate completamente a la guía de Dios!» (Palabra interior).
Nuestro Padre quiere conducir cada vida que Él ha creado hacia la destinación que le confirió. Cuando una persona se somete en obediencia a Él, cumple el requisito indispensable para aprender a comprender las instrucciones del Señor. Las entenderemos cada vez más sutilmente en la medida en que percibamos la presencia del Espíritu Santo en nosotros y pongamos en práctica estas palabras de Jesús: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6,33).