“Revestíos con la coraza de la justicia” (Ef 6,14b).
Esta afirmación nos da a entender que la justicia protege a la persona. Justicia significa dar a cada cual lo que le corresponde, estar atentos a los casos en que la dignidad de la persona se ve amenazada por la injusticia y, en la medida de nuestras posibilidades, garantizar sus derechos. Esto se aplica al ámbito personal, pero también a la sociedad en general.