“Los misioneros han hablado y siguen hablando de Dios en la medida en que ellos mismos me conocen, pero os digo nuevamente que no me conocéis como soy. Por eso vengo a proclamarme como el Padre de todos los hombres, el más tierno de los Padres; y a corregir el amor que me ofrecéis, que está distorsionado por el miedo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Las palabras que escuchamos recientemente del Mensaje del Padre nos exhortaban a dar testimonio de “cuán dulce es vivir en la verdad”. El pasaje que hoy meditamos nos muestra cuán importante es transmitir también la imagen correcta de Dios.