“Vosotros, mis santos, afrontasteis la lucha en el mundo; pero Yo os daré la recompensa por vuestras fatigas” (Antífona para la memoria de los santos Odón, Mayolo, Odilo y Hugo, Diurnal Monástico).
La batalla es ineludible, y si la libramos de forma correcta nos espera una gran recompensa, como sólo Dios puede darla.