“Realiza tus deberes con fidelidad, pero convencido de que no hay deber más importante que la salvación de tu alma” (San Francisco de Sales).
Nos encontramos aquí una vez más con la frecuente exhortación a no perder de vista la jerarquía de las cosas y a tener siempre presentes las palabras del Señor en el Evangelio: “Una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte”(Lc 10,42); o aquella otra máxima suya: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6,33).