“El rostro de mi Hijo ha de resplandecer en la Iglesia” (Palabra interior).
“El que me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9) –le dice Jesús a Felipe cuando éste le pide: “Muéstranos al Padre” (v. 8).
“El rostro de mi Hijo ha de resplandecer en la Iglesia” (Palabra interior).
“El que me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9) –le dice Jesús a Felipe cuando éste le pide: “Muéstranos al Padre” (v. 8).
1Jn 3,7-10
Hijos míos, que nadie os engañe: el que obra la justicia es justo, porque él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio, y el Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Quien ha nacido de Dios no peca, porque su germen mora en él; es decir, no puede pecar porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: quien no hace lo que es justo no es de Dios, y quien no ama a su hermano, tampoco.