PASOS PARA AMAR A DIOS CON TODA LA MENTE

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mt 22,37).

Si queremos seguir la amorosa invitación de nuestro Padre e intentamos centrar en Él todos nuestros pensamientos, es importante guardar en nuestra memoria las obras y la Palabra de Dios. Cuando meditamos los salmos, por ejemplo, veremos que una y otra vez se alaba y se admira con asombro y gratitud los portentos de Dios. Si interiorizamos ciertos pasajes de los salmos, éstos pueden resonar en nuestro interior como una “oración del corazón”, manteniendo despierta a nuestra alma en el recuerdo del Señor. También debemos convertir en una alabanza a Dios todo lo que nos sucede y vemos a nuestro alrededor.

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El dominio sobre el pecado

Rom 6,12-18

No permitáis que el pecado reine en vuestro cuerpo mortal; de ese modo no acataréis sus deseos. Y no convirtáis vuestros miembros en instrumentos de injusticia al servicio del pecado. Ofreceos más bien a Dios como si fueseis muertos que han vuelto a la vida; y vuestros miembros, como instrumentos de justicia al servicio de Dios. Pues el pecado no volverá a dominaros, ya que no estáis a merced de la ley, sino bajo la gracia de Dios. Entonces, ¿qué? Si ya no estamos a merced de la ley, sino bajo la gracia, ¿podremos pecar? ¡De ningún modo! ¿No sabéis que, si os ofrecéis a alguien para obedecerle, os hacéis esclavos de ése a quien obedecéis? Así, la esclavitud al pecado conduce a la muerte, y la obediencia a Dios, a la justicia.

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