“Cuando tu alma se entretiene demasiado tiempo en el mundo de la nada, se vacía más” (Palabra interior)
“La boca habla de lo que rebosa el corazón” –nos dice el Señor en el evangelio (Lc 6,45). Esta frase debe entenderse en el mismo sentido que la palabra interior que acabamos de escuchar. Debemos aprender de nuestro Padre Celestial cómo manejar nuestro tiempo libre de tal manera que no caigamos en la tentación de sobrecargarnos con cosas inútiles. Puede que al principio no nos demos cuenta de cómo nos afecta, pero nuestra alma bien sabe distinguir el alimento que le damos. Percibe una gran diferencia entre si le proporcionamos buen alimento, que la lleva a buscar a nuestro Padre y a procurar estar cerca de Él, o si la llenamos con una distracción tras otra, que a la larga le perjudican y la debilitan para el combate espiritual que está llamada a librar.