“En ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz” (Sal 35,10).
El salmo habla de aquella fuente que es también un tema recurrente en el Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio. Allí nos invita a beber de ella e incluso a arrojarnos en el “Océano del amor de Dios”. Es la fuente de amor que mana del Corazón de nuestro Padre.