“El tiempo es propicio; no dejéis escapar el amor que se ofrece a vuestro corazón de forma tan palpable” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Vivimos en el tiempo de la gracia, en el así llamado “Kairós”. La puerta al Corazón de Dios está abierta de par en par gracias a su Hijo. Está abierta para todos los hombres, si aceptan la invitación de Dios y se vuelven a Él. Pero, además de este tiempo de gracia para la humanidad a nivel general, el Señor nos concede una y otra vez momentos de gracia particular.