“Mis queridos hijos, desde hace ya veinte siglos os he colmado de estos bienes con gracias especiales, ¡pero el resultado es mínimo!” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Estas palabras del Padre nos permiten echar una mirada en su Corazón. La relación entre las riquezas que Dios nos da y los frutos que damos a partir de ellas es desproporcionada. Día a día podemos fortalecernos a través del Santo Sacrificio de la Misa, recibir el perdón en el sacramento de la penitencia cuando hemos caído en nuestra debilidad, acoger el amor que el Redentor nos ofrece desde la Cruz y tantas otras gracias que el Padre nos brinda para nuestra vida espiritual. ¡Todo está a nuestra disposición y en abundancia!