“ISRAEL NO QUISO OBEDECER”

“Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer: los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos”
(Sal 80,12-13).

Estos versos del salmo describen la consecuencia de no escuchar la voz de nuestro Padre. Dios nos hace ver que con nuestra voluntad nos negamos a obedecerle: “Israel no QUISO obedecer”.

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Una vida en el temor del Señor

1Pe 1,17-21

Hermanos: Si llamáis Padre a quien, sin acepción de personas, juzga a cada cual según su conducta, conducíos con temor durante el tiempo de vuestro destierro. Y sabed que no habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres con algo caduco, con oro o plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, cordero sin tacha y sin mancilla. Él fue predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos en interés vuestro; y por medio de él creéis en Dios, que le ha resucitado de entre los muertos y le ha dado la gloria, de modo que vuestra fe y vuestra esperanza estén en Dios.

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