“El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él” (1Jn 3,1b).
Podemos tener la esperanza de que, a través de un testimonio fidedigno de nuestra parte, las personas encuentren acceso al amor de nuestro Padre Celestial. Sin embargo, las palabras que hemos escuchado del Apóstol San Juan nos exhortan a ser siempre realistas. En el Prólogo de su Evangelio, San Juan escribe: “La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron” (Jn 1,5).