“¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, infierno, tu aguijón?” (1Cor 15,55).
Podemos exclamarlo llenos de júbilo en este día, el día en que la Iglesia proclama la Resurrección del Hijo de Dios: ¡El Señor ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!