„Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor“ (Sal 33,12) -nos dice el salmista, y el Libro de los Proverbios recalca: “Inicio de la sabiduría es el temor del Señor“ (Prov 9,10).
Conocemos el temor de Dios como uno de los siete dones del Espíritu Santo. Éste nos enseña una gran delicadeza en nuestro trato con Dios, que luego repercutirá también en el trato con el prójimo.