“Me apoyo en el Señor y no vacilo” (Sal 26,1b).
La confianza en nuestro Padre torna recta y segura nuestra vida. Nos ancla en su Corazón y hace que nuestro Dios se incline a mostrarnos de forma especial su amor.
“Me apoyo en el Señor y no vacilo” (Sal 26,1b).
La confianza en nuestro Padre torna recta y segura nuestra vida. Nos ancla en su Corazón y hace que nuestro Dios se incline a mostrarnos de forma especial su amor.
Faltan apenas 3 días para iniciar la Semana Santa, y nuestro itinerario cuaresmal está llegando a término. Quisiera dedicar la meditación de hoy al tema de cómo afrontar el sufrimiento de forma correcta, lo cual es, sin duda, una de las lecciones más difíciles en nuestro camino de seguimiento de Cristo.