“Todo lo encontrarás en mí, aun en medio de la mayor oscuridad” (Palabra interior).
Incluso en las tinieblas más densas que puedan cernirse sobre nuestra vida, nuestro Padre sigue estando presente. Puede que entonces no seamos capaces de sentirlo, pero Él está ahí. Simplemente tenemos que aferrarnos a esta certeza con un “acto desnudo de fe”.