“LUCHAN CONTRA MÍ”

“No temas cuando la bestia grite y el león ruja. No podrán lograr nada, porque luchan contra mí” (Palabra interior).

La imagen del león representa al demonio, como nos dice el Apóstol San Pedro en la breve lectura que escuchamos cada noche en el rezo de las Completas:

“Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario, el diablo, como un león rugiente, ronda buscando a quien devorar” (1Pe 5,8).

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Don Bosco y la confianza

Fil 4,4-9 (Lectura correspondiente a la memoria de San Juan Bosco)

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Y que todos conozcan vuestra clemencia. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias.

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“MI AMOR ES MÁS GRANDE QUE TUS CULPAS”

“Mi amor es infinitamente más grande que tus culpas” (Palabra interior).

Nuestro Padre se vale incluso de la oscuridad del pecado para hacer brillar su luz. Ciertamente la oscuridad en el alma y en el mundo puede tener diversas causas; pero no pocas veces es resultado del pecado y sus consecuencias. Sin embargo, Dios puede manifestar su misericordia en esta oscuridad, si se la abre a Él.

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El Mundo No Era Digno De Ellos

Hb 11,32-40

Hermanos: ¿Qué más diré? Me faltaría tiempo si tuviera que hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los Profetas, que por la fe sometieron reinos, ejercieron la justicia, alcanzaron las promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, se curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra y abatieron ejércitos extranjeros.

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AHUYENTAR LA OSCURIDAD

“Busca siempre la luz, para unirte a ella y ayudar a ahuyentar la oscuridad” (Palabra interior).

La luz ahuyenta la oscuridad. Si aceptamos la invitación de buscar siempre la luz, las tinieblas empezarán por ceder en nuestro propio interior, pues el Espíritu Santo mismo es la “luz que penetra las almas” (Secuencia de Pentecostés).

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La tentación del orgullo

1Cor 1,26-31

Considerad, hermanos, vuestra vocación; porque no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios, y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes; escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que no es nada, para destruir lo que es, de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios.

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“BÚSCAME Y SIEMPRE ME ENCONTRARÁS”

“Pídeme y te daré; búscame y siempre me encontrarás; toca y la puerta estará abierta de par en par para ti” (Palabra interior).

Podemos tener por cierto que siempre encontraremos abierta la puerta del Corazón de Dios cuando nos acerquemos a Él. Quizá no estemos tan conscientes de ello, porque aún no conocemos lo suficiente a nuestro Padre Celestial. Si llegamos a conocerle mejor, esta puerta abierta se nos convertirá en una profunda certeza. Nos resultará tan natural que siempre daremos por sentado que el Padre nos recibirá con su Corazón abierto y nos prestará su amorosa atención.

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La luz resplandeciente de la fe

Hb 11,1-2.8-19

La fe es garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve. Por ella fueron alabados todos nuestros mayores. Por la fe, Abrahán, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia. Además, salió sin saber a dónde iba. Por la fe, peregrinó hacia la Tierra prometida como extranjero, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas.

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Un poco de tiempo todavía y el que va a venir llegará

Hb 10,32-39

Hermanos: Acordaos de los días primeros, cuando, recién iluminados, tuvisteis que sostener una lucha grande y dolorosa: unas veces sometidos públicamente a calumnias y vejaciones, otras estrechamente unidos a los que así eran tratados, porque compartisteis los sufrimientos de los encarcelados y recibisteis con alegría el robo de vuestros bienes, sabiendo que poseéis un patrimonio mejor y más duradero. 

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