“Mi alma está unida a ti, porque por ti, Dios mío, mi cuerpo fue lapidado” (Antífona de Laudes para la Fiesta de San Esteban).
Estas palabras habría exclamado San Esteban, expresando en ellas su gran amor al Padre. Su alma le pertenecía a Dios, quien lo había atraído tan cerca de su corazón que lo hizo dispuesto incluso a la muerte por amor a Él.