“Quiero proteger a la juventud, como un tierno padre (…). ¡Oh, vosotros que estáis especialmente necesitados de alguien que os proteja en la vida, para que podáis evitar el mal, venid a mí! ¡Yo soy vuestro Padre, que os ama más de lo que cualquier otra criatura podrá amaros jamás!” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
¡Cuánto peligro corren los jóvenes de entregarse a falsos ideales y tomar así un rumbo errado en la vida! Todos sabemos que, debido a los medios de comunicación, el potencial de seducción ha aumentado enormemente en los tiempos modernos. Cada vez se encuentran menos estructuras familiares sanas, de modo que los jóvenes no tienen una base sólida y muchas veces tampoco cuentan con una comunidad cristiana que pueda acogerlos y darles estabilidad.