“Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro” (Sal 19,8).
El número de fieles que se adhieren firmemente a la Tradición y a la doctrina de la fe se reduce cada vez más. El número de los que ya no se ven sujetos a las enseñanzas previas de la Iglesia aumenta cada vez más.