“Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor” (Sal 27,14).
El Señor es nuestra fuerza…
Esta es la experiencia constante de aquellos que recorren con el Señor su camino a través de esta vida e intentan cumplir su misión en este mundo. Nosotros, los hombres, somos muy limitados y muchas cosas superan nuestra capacidad. Pero esto no significa que tengamos que perder la esperanza, sino que hemos de aceptar con realismo los límites que Dios nos ha puesto. Al mismo tiempo, nuestro Padre nos lleva muchas veces más allá de nuestros límites, de manera que podemos decir con toda certeza: “¡Es el Señor quien lo ha hecho!”