“No me basta con haberos mostrado mi amor; quiero abriros, además, mi Corazón, del cual brotará una fuente refrescante que apagará la sed de todos los hombres (…). Si queréis experimentar el poder de esta fuente de la que os hablo, primero debéis aprender a conocerme mejor y a amarme tal como yo lo deseo; es decir, no sólo como vuestro Padre sino también como vuestro amigo y confidente” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Nuestro Padre Celestial quiere darnos un acceso directo a su corazón, a lo más íntimo de su ser. Esta fuente refrescante ha de llegar a todos los hombres que tienen sed de amor, de verdad y de justicia, para vivificarlas. La hizo fluir a través del Corazón de su Hijo Jesús, para que llegue hasta nosotros.