“Yo conozco tu corazón y sé que me amas. A fin de cuentas, esto es lo decisivo, porque el amor todo lo perdona.” (Palabra interior)
Estas palabras del Padre nos recuerdan a aquella frase de oro atribuida a San Agustín: “Ama y haz lo que quieras.”
Conforme a esta máxima, el amor es el criterio definitivo para actuar y, de por sí, conduce a la acción correcta. En consecuencia, nuestra tarea es buscar el verdadero amor, reconocerlo, beber de él y vivir en él.