“Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras” (Sal 138,13-14).
¿Podemos pronunciar con el corazón libre y a una sola voz con el salmista esta acción de gracias a Dios? Deberíamos ser capaces de ello, porque nuestro Padre puso todo su amor al crear al hombre, y esto cuenta para todos y cada uno de nosotros.