EL TESORO DE DIOS EN NOSOTROS

Dios nos creó a partir de la nada. Su única motivación fue su amor por nosotros. Por ello, creó al hombre a su imagen y semejanza (Gen 1,27) y lo revistió de una gran dignidad.

Así nos lo transmite el Padre en el Mensaje a la Madre Eugenia:

“Cuando Yo creo a una persona de la nada, del polvo, del elemento de la tierra, le concedo algo muy grande; algo que procede de mí: el espíritu, el alma. Así, cuando la persona llega a este mundo, es ya muy grande, pues porta en sí misma aquel tesoro de la belleza que procede de Dios, su Padre, y que hace que esta alma sea divina.”[1]

leer más

Adonde yo te envíe, irás

Jer 1,1.4-10

Palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anatot, territorio de Benjamín. Recibí esta palabra del Señor: “Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles.”
Yo repuse: “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.” 

leer más

EL ESPÍRITU SANTO

A través de la Cruz, también Dios Padre desciende hasta nosotros, y en la Eucaristía el Señor nos concede verdadera vida (cf. Jn 6,35). En los sagrarios de las iglesias Él establece su trono, esperando que acojamos su cercana presencia y sus gracias.

Pero también a través del Espíritu Santo el Padre quiere morar en nuestra alma, como nos da a entender en el Mensaje a la Madre Eugenia:

“La obra de esta Tercera Persona de mi Divinidad se realiza sin bullicio, y a menudo el hombre no lo percibe. Pero para Mí es una manera muy apropiada de permanecer, no solo en el Tabernáculo, sino también en el alma de todos aquellos que están en estado de gracia, para establecer allí Mi trono y morar siempre ahí, como un verdadero Padre que ama, protege y asiste a su hijo.”

leer más

El verdadero parentesco de Jesús

Mt 12,46-50

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte”. Jesús le respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

leer más

LA EUCARISTÍA 

¡Cuánto se ha preocupado nuestro Padre por nosotros, al abrirnos los caminos de la salvación! Sus tesoros son siempre accesibles para nosotros. Desgraciadamente, a menudo pasamos de largo sin aprovecharlos, y demasiadas veces el Señor permanece solo en el Sagrario, sin visita. Sin embargo, Él espera anhelante que vengamos y le permitamos así colmarnos de bendiciones. ¡Qué inmenso valor tiene la Santa Misa, que actualiza el sacrificio del infinito amor de Jesús en la Cruz! “Gustad y ved qué bueno es el Señor” (Sal 34,9).

leer más

La respuesta correcta

Mi 6,1-4.6-8

Escuchad lo que dice el Señor: “¡Levántate, convoca a juicio a los montes y que las colinas escuchen tu voz! ¡Escuchad, montes, el pleito del Señor, atended, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel; ¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme. ¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?”

leer más

LA CRUZ ES MI CAMINO HACIA VOSOTROS

El amor de Dios resplandece incomparablemente en la Cruz: el amor del Padre, que envío a su Hijo para redimirnos; el amor del Hijo a su Padre y a nosotros, los hombres; el amor del Espíritu Santo, quien nos revela más profundamente este acontecimiento de amor y lo actualiza en nosotros.

“¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo” –exclama San Pablo (Gal 6,14).

leer más

Actitud contemplativa

Lc 10,38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta, se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.” Pero el Señor le contestó: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.”

leer más

LA DEBILIDAD DE MIS HIJOS

En su compasión, nuestro Padre abarca toda nuestra realidad. Como Creador nos ha concedido una maravillosa existencia como seres humanos, que debemos vivir plenamente en su gracia. Él siempre nos invita a recibirlo todo de su mano, para que podamos llevar una vida que corresponda a nuestra vocación. Nuestro Padre ha pensado en nosotros desde toda la eternidad, y cuando llegó el momento de llamarnos a la existencia pronunció por amor su “hágase” creador. Si estuviésemos más conscientes de ello, moraría siempre en nuestro corazón aquella paz que Dios da.

Sin embargo, el Padre también se apiada de nuestras debilidades. Él conoce bien nuestros límites e imperfecciones, las cargas que tenemos que llevar, nuestras malas inclinaciones y pecados.

leer más

El Reino de Dios

Mt 12,14-21

En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra él para eliminarlo. Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguió una gran muchedumbre, y los curó a todos. Luego les mandó enérgicamente que no le descubrieran, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: “Éste es mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien me complazco. Pondré mi espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: en su nombre pondrán las naciones su esperanza.”

leer más