Lc 16,19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y había uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal y cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Cuando murió el pobre, los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue sepultado.