Ef 3,2-3a.5-6
Hermanos: Ya habéis oído que Dios me concedió el encargo de administrar su gracia en favor vuestro, pues mediante una revelación se me dio a conocer el misterio, que no fue dado a conocer a los hombres en generaciones pasadas. Ahora, en cambio, ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio del Espíritu: que los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa cumplida en Cristo Jesús.