Sof 3,1-2.9-13
¡Ay de la rebelde, la impura, la ciudad opresora! No ha escuchado la voz, no ha aceptado la corrección; en el Señor no ha confiado, no se ha acercado a su Dios. Entonces purificaré los labios de los pueblos, para que invoquen todos el nombre del Señor, y le sirvan bajo un mismo yugo. Desde allende los ríos de Etiopía, mis suplicantes, mi Dispersión, vendrán a mí con ofrendas. Aquel día no tendrás que avergonzarte de los delitos cometidos contra mí; entonces arrancaré de en medio de ti a esa gente altanera y jactanciosa, y no volverás a ensoberbecerte en mi santo monte. Dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre; se cobijará al amparo del Señor el Resto de Israel. Ya no cometerán injusticias ni dirán mentiras, ya no ocultará su boca una lengua embustera. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los espante.