Con la meditación del día de hoy, retornamos al marco acostumbrado de las reflexiones bíblicas, con las cuales continuaré mientras Dios me permita realizar este valioso servicio. Quiero agradecer de corazón por los numerosos correos que nos llegaron después de las meditaciones sobre Dios Padre y la Virgen María. Aún estamos en el proceso de elaborar una lista con las personas que nos han escrito expresando su deseo de cooperar con nosotros en la “obra de amor” del Padre Celestial. Una vez que lo hayamos terminado, daremos una que otra pauta sobre cómo podrían unirse aún más a nosotros para la glorificación del Padre. Les pedimos un poco de paciencia hasta que nos pongamos en contacto con ustedes… Mientras tanto, les invito a seguir las meditaciones diarias. Espero que éstas ayuden a todos los oyentes a encontrar en estos tiempos confusos una clara orientación, que nos es dada en la Sagrada Escritura, en la auténtica doctrina de la Iglesia y en la sana enseñanza espiritual.