¿Podría uno imaginar una hija del Padre Celestial más encantadora que tú, amada Virgen María? Una hija que embelesa tanto a su Padre que Él le confía lo más precioso: su amado Hijo.
¡No, no puede haber alguien que se te iguale!
¿Podría uno imaginar una hija del Padre Celestial más encantadora que tú, amada Virgen María? Una hija que embelesa tanto a su Padre que Él le confía lo más precioso: su amado Hijo.
¡No, no puede haber alguien que se te iguale!