Amado Padre, a menudo nos enfrentamos al mal, tanto dentro como fuera de nosotros. A veces incluso podría dar la impresión de que el mal triunfa. Él se presenta potente e intenta opacar nuestra visión y determinar nuestros sentimientos.
A la Madre Eugenia Tú le dijiste:
“¿Queréis obtener la victoria sobre vuestro enemigo? Invocadme y triunfaréis victoriosamente sobre él.”