Sir 51,1-8 (Lectura correspondiente a la memoria de Santa Margarita de Antioquía)
Te doy gracias, Rey y Señor; te alabo, oh Dios mi salvador, a tu nombre doy gracias. Pues protector y auxilio has sido para mí, y has rescatado mi cuerpo de la perdición, del lazo de la lengua insidiosa, de los labios que urden mentira; frente a mis adversarios has sido auxilio y me has rescatado, según la abundancia de tu misericordia y la gloria de tu nombre, de las dentelladas de los dispuestos a devorarme, de la mano de los que trataban de matarme, de las muchas tribulaciones que he sufrido, del ahogo del fuego que me envolvía, de entre el fuego que yo no había encendido, de la hondura de las entrañas del seol, de la lengua impura, de la palabra mentirosa, calumnia de lengua injusta ante el rey.