Lectura y evangelio correspondientes a la memoria de San Pablo Miki y compañeros
Gal 2,19-20
Por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Ahora estoy crucificado con Cristo; ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Todavía vivo en la carne, pero mi vida está afianzada en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.