La luz resplandeciente de la fe

Hb 11,1-2.8-19 

La fe es garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve. Por ella fueron alabados todos nuestros mayores. Por la fe, Abrahán, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia. Además, salió sin saber a dónde iba. Por la fe, peregrinó hacia la Tierra prometida como extranjero, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas. Es que Abrahán esperaba la ciudad asentada sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

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