Hb 6,10-20
Hermanos: Dios no es tan injusto que se olvide de vuestras obras y del amor que habéis mostrado en su nombre, de los servicios que habéis prestado y seguís prestando a los santos. Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros siga manifestando hasta el fin la misma diligencia, para que se realice plenamente la esperanza. Y no seáis indolentes; imitad más bien a quienes, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas.