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En las meditaciones anteriores, partiendo de un texto de Ezequiel (28,1-19), había hablado sobre el actuar del ángel caído, del cual hemos de tomar consciencia para no dejarnos enceguecer. Lamentablemente, Lucifer actúa también en nuestra Iglesia, y ha adquirido una gran influencia. Es muy doloroso percibir esto, particularmente cuando vemos que su actuar llega hasta las mismas autoridades de la Iglesia. ¡Pero esto no puede pasarse por alto!