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“Ven, Padre amoroso del pobre”
Llamar al Espíritu Santo con el nombre de “Padre” nos resulta poco común. Pero lo entenderemos si lo consideramos bajo el concepto de “engendrar”, que tan relacionado está con la paternidad. El Espíritu Santo engendra y vivifica. Al reflexionar sobre el término “Padre amoroso del pobre”, se nos viene a la mente una de las bienaventuranzas:
“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.” (Mt 5,3)