
Hch 4,1-12
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, después de que el paralítico fuese sanado, se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y los saduceos, indignados porque enseñaban al pueblo y anunciaban en la persona de Jesús la resurrección de los muertos. Les echaron mano y los pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues caía ya la tarde. Sin embargo, muchos de los que habían oído el discurso creyeron; y el número, contando sólo los hombres, era de unos cinco mil.