¿Cómo podemos ser contemplativos los que tenemos un estilo de vida “común y corriente”?
Ayer habíamos hablado de que la contemplación es un don de Dios. No obstante, en lo que respecta a nuestra parte, podemos prepararle el terreno a través de nuestro camino espiritual, para que el Espíritu de Dios pueda obrar la transformación interior.