¿Cómo se puede combatir la brujería?
En esta respuesta, nos limitaremos a la así llamada “magia negra”, es decir, aquella que se propone causar daño; aunque quisiera decir explícitamente que también la así llamada “magia blanca” es dañina.
¿Cómo se puede combatir la brujería?
En esta respuesta, nos limitaremos a la así llamada “magia negra”, es decir, aquella que se propone causar daño; aunque quisiera decir explícitamente que también la así llamada “magia blanca” es dañina.
En ocasiones nos llegan preguntas de parte de los que escuchan a diario nuestras meditaciones. Cuando se trata de cuestiones que sean de interés para todos, quisiera dedicar los últimos días del mes a responderlas. Hoy tenemos una pregunta que es muy amplia y que, dentro de este marco, podré responder sólo en parte.
Mc 6,17-29
Herodes, en efecto, había ordenado prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: “No te está permitido tener la mujer de tu hermano.” Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan; sabía que era hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando le oía hablar, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto.
1Tes 4,1-8
Lectura correspondiente a la memoria de San Agustín
Hermanos, los rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios.De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús. La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, sin dejarse llevar de la pasión desenfrenada, como hacen los paganos que no conocen a Dios.
Lc 7,11-17
Lectura correspondiente a la memoria de Santa Mónica
En aquel tiempo, fue Jesús a un pueblo llamado Naím. Lo acompañaban sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda. La acompañaba mucha gente del pueblo. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: “No llores.”
Mt 23,13-22
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis, pero además impedís el paso a los que están entrando. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, lo hacéis hijo de la condenación el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado’! ¡Qué necios sois y qué ciegos!
Hb 12,4-7.11-15
Habéis resistido, pero todavía no habéis llegado a derramar sangre en vuestra lucha contra el pecado. Habéis echado en olvido la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Pues el Señor corrige a quien ama, y azota a todos los hijos que reconoce. Es decir, sufrís para corrección vuestra, pues Dios os trata como a hijos. ¿Conocéis acaso algún hijo a quien su padre no corrija?
Jn 1,45-51
Lectura correspondiente a la Fiesta de San Bartolomé, Apóstol
Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas; es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.” Le respondió Natanael: “¿De Nazaret puede haber cosa buena?” Le dijo Felipe: “Ven y lo verás.”
Rut 1,1.3-6.14b-16.22
En la época en que gobernaban los Jueces, hubo hambre en el país. Un hombre de Belén de Judá se fue a residir, con su mujer y sus dos hijos, a los campos de Moab. Murió Elimélec, el marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. Éstos se casaron con mujeres moabitas, llamadas Orfá y Rut. Allí habitaron unos diez años. Murieron también los dos hijos, y la mujer se quedó sola, sin sus dos hijos y sin marido.
Lc 1,26-38
Lectura correspondiente a la Fiesta de María Reina
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.