Después de haber meditado sobre los padecimientos de la oración y sobre cómo manejarlos, dirijámonos a las diversas formas de oración. Aunque la oración sea, en sí misma, algo sencillo, no siempre nos resulta fácil orar, y menos orar bien. También esto es un arte, y, para aprenderlo, conviene estudiar las variadas formas y métodos de oración que existen, y, sobre todo, practicar fervorosamente la oración. En nuestra Iglesia Católica, una oración bastante difundida y querida, sobre todo en algunos círculos, es el Santo Rosario. En algunas de sus auténticas apariciones, la Madre de Dios nos dice cuán importante es para ella el Rosario. Por eso vale la pena que esta meditación se la dediquemos a este tema.