La amenaza anticristiana y la resistencia contra ella (III): El Anticristo conforme al relato de Solowjew

Vladimir Solowjew, autor del «Breve relato del Anticristo»

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En la meditación de hoy y de mañana, analizaremos cómo es descrito el Anticristo en la literatura que conozco sobre este tema.

Suele describírselo sobre todo como una figura política, dotada de un extraordinario carisma, que ofrece soluciones para los problemas políticos y sociales más urgentes. De acuerdo a lo que he encontrado en la literatura, el Anticristo poseerá una enorme fuerza de atracción, de modo que las personas difícilmente podrán sustraerse de su fascinación. Hacia afuera, el Anticristo se mostrará como una persona espiritual y aparentemente ornada de virtudes; un hombre con un amplio horizonte que se muestra abierto a los asuntos religiosos.

En ese sentido, se nos describe aquí una imagen del Anticristo distinta a la de tantos anticristos existentes a lo largo de la historia, que se han mostrado como violentos tiranos.

Empecemos hoy analizando el libro que quizá sea el más importante sobre esta temática: el “Breve relato del Anticristo” de Vladimir Solowjew.

 

Vladimir Solowjew: “Breve relato del Anticristo”

En el año 1900, este gran pensador ruso, presintiendo que se acercaba la hora de su muerte, se sintió impulsado a incluir y publicar su “Breve relato del Anticristo” como parte de la obra “Tres diálogos”, según lo que él mismo escribe en el prólogo de dicho libro. De hecho, ésta fue su última obra, pues falleció el 12 de agosto de 1900, dejándonos como especial legado este relato.

En su obra, el Anticristo se presenta como una figura que progresivamente va adquiriendo influencia política. Su procedencia es desconocida. Su madre habría sido una mujer cuya moral dejaba mucho que desear, pero esto no fue tomado en cuenta en el ámbito público. El Anticristo de este relato posee una gran habilidad mental y una brillante inteligencia, además de una notable fuerza de atracción. Considera sus talentos como un especial privilegio, que lo coloca por encima de los demás. Así, se siente llamado a realizar algo extraordinario en el mundo, y espera ansiosamente el momento de su “vocación”, por así decir, para empezar a llevar a cabo esta “misión”.

Se acerca ya a la edad de Jesús y empieza a inquietarse, pues nada fuera de lo común parece acontecer en su vida. Comienza a cuestionarse si quizá realmente Jesús sea el mayor elegido, y no él mismo; aunque se ha sentido llamado a “llevar a plenitud” la obra de Jesús. Ante estas dudas, cae en desesperación y se dispone a acabar con su vida, arrojándose de un precipicio. Pero una mano lo rescata; una mano que no es la del Hijo de Dios; sino la de una figura que puede identificarse con el Diablo. En esta “aparición”, el Anticristo de Solowjew experimenta una especie de “iniciación” en los poderes satánicos, que se le presentan como “su padre”.

Después de esta experiencia inusual, el Anticristo parece gozar de una particular inspiración, y su ascenso sucede a pasos agigantados. Escribe con prontitud un libro, que ofrece consejos concretos para solucionar los problemas políticos y sociales del mundo. Esta obra es acogida por doquier con gran entusiasmo, y el renombre del Anticristo crece. Su fama llega a ser tal, que por unanimidad se lo escoge como presidente de toda Europa.

Su poder sigue creciendo, y su fuerte ejército se impone contra todos los que aún le ofrecen resistencia; de manera que llega a ser el soberano de todo el mundo y se hace proclamar como Emperador.

Teniendo ya en sus manos el poder político, el Anticristo, deseoso de ganarse los corazones de las personas, empieza a dedicarse a las cuestiones de la religión. En su Imperio siguen existiendo diferentes confesiones cristianas. Por ello, convoca un concilio, y allí hace todo tipo de ofrecimientos a los jefes religiosos, para darles una muestra de su amor y beneficencia. Lo que, a su vez, pide de ellos es que lo reconozcan como su único guía y protector. Para este momento, el Anticristo tiene a su lado a un Falso Profeta, que confunde a las personas a través de sus señales milagrosas.

Sin embargo, no todos acogen la invitación del Emperador. La resistencia viene de un grupo procedente de las tres confesiones cristianas presentes en el Concilio (católicos, ortodoxos y protestantes). El “staretz” Juan, líder de los ortodoxos, exhorta al Anticristo a hacer una profesión de fe pública, reconociendo a Cristo como su Señor y Redentor. Ante esto, el Anticristo ordena a su Falso Profeta aniquilar al Anciano que osó pronunciar semejante petición. Al Papa católico entonces ya no le queda duda de que este Emperador es el Anticristo, y lo condena públicamente con el “anatema”. También él padece el mismo fin que el “staretz” Juan…

Entonces, el Anticristo pide a los cristianos fieles a él que escojan como Sumo Pontífice a su Falso Profeta, mientras los otros cristianos tienen que huir…

Podemos considerar el “Breve relato del Anticristo” de Solowjew como una obra profética, más aún siendo así que él se sintió impulsado a escribirla y dejársela como legado a las generaciones futuras. Que sea una obra profética no significa que todo vaya a suceder al pie de la letra, exactamente como el autor lo describió. Más bien, indica que supo identificar y describir los rasgos principales de un dominio anticristiano, y es esto lo que hemos de tener muy en cuenta…

 

Entonces, quedémonos por ahora con lo siguiente, como síntesis de la obra que hoy hemos analizado:

  1. El Anticristo se presenta como alguien que resuelve los problemas mundiales y que aparentemente trae paz. (Pacificador)
  2. Por unanimidad de las naciones, será instaurado como Emperador. (Gobierno mundial)
  3. Aparenta ser virtuoso, e incluso espiritual. (Modelo)
  4. Sus intuiciones vienen de Lucifer, quien se le presenta como su “padre”. (Inspiración demoníaca, falsa luz)
  5. Desea unir a la cristiandad bajo su guía. (Falso ecumenismo)
  6. La mayoría de los cristianos cae en su engaño. (Seducción del Anticristo)

 

Continuaremos mañana con otra literatura que describe al Anticristo…