UN CORAZÓN SINCERO Y LA SABIDURÍA DE DIOS

“Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría”
(Sal 50,8).

El corazón sincero mencionado en el salmo se relaciona con la pureza del corazón, que puede llegar a ser muy profunda. Cuanto más avancemos en el proceso de purificación, tanto más percibiremos los movimientos de nuestro corazón, gracias a la luz del Espíritu Santo. Todo, aunque sea lo más mínimo, lo abriremos ante Dios, de manera que empiece a disolverse todo bloqueo interior hacia Él.

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