Lc 11,14-23
Estaba Jesús expulsando un demonio que era mudo, y apenas salió el demonio, rompió a hablar el mudo. La gente quedó admirada, aunque algunos de ellos comentaban: “Éste expulsa a los demonios por Beelzebul, Príncipe de los demonios.” Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.