St 5,7-10
Hermanos: tened, pues, paciencia hasta la Venida del Señor. Fijaos en el labrador, que espera con paciencia que la tierra dé su precioso fruto, hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también vosotros paciencia y fortaleced vuestro corazón, porque la Venida del Señor está cerca.