LA LONGANIMIDAD DE NUESTRO PADRE 

“El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él” (1Jn 3,1b).

Podemos tener la esperanza de que, a través de un testimonio fidedigno de nuestra parte, las personas encuentren acceso al amor de nuestro Padre Celestial. Sin embargo, las palabras que hemos escuchado del Apóstol San Juan nos exhortan a ser siempre realistas. En el Prólogo de su Evangelio, San Juan escribe: “La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron” (Jn 1,5).

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El tiempo de la consolación

Hch 3,11-26

En aquellos días, como el tullido curado no soltaba a Pedro y a Juan, toda la gente, presa de estupor, corrió hacia ellos al pórtico llamado de Salomón. Pedro, al percatarse de esto, se dirigió así a la gente: “Israelitas, ¿por qué os admiráis de lo sucedido, o por qué nos miráis fijamente, como si nosotros hubiéramos hecho andar a este hombre con nuestro poder o piedad?

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