El Templo precisa de una purificación

Mc 11,11-25

En aquel tiempo, Jesús entró en Jerusalén en el Templo; y después de observar todo atentamente, como ya era hora tardía, salió para Betania con los doce. Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre. Viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó por si encontraba algo en ella, pero cuando llegó no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Y la increpó: “Que nunca jamás coma nadie fruto de ti.” Y sus discípulos lo estaban escuchando. 

leer más